El poder de Nuestra Madre, Señora de la Esperanza;
que va conquistando almas por donde quiera que pasa;
con el aura de su palio, atracción a su belleza;
nadie, nadie se explica la causa de que tan sólo con verla hasta el aire se enmudece;
sin corazones nos deja;
se nos lleva paseando sin darnos cuenta siquiera a su Reino de Murallas con sus legendarias Puertas, una convertida en Arco de cal blanca de Pureza, y de albero maestrante;
fraguada con devociones, con martillos de promesas en un yunque de oraciones con martinetes de ofrendas;
y yo la tuve en mis brazos;
fué por pura coincidencia;
yo no sabía del Rosario que sus hermanos le rezan cuando la bajan de los cielos sin corona en su cabeza;
impresionada por verla bajarla desde los cielos sin corona en su cabeza;
y como si fuera un sueño me guiaron junto a Ella;
"cogedla que es vuestra", y que momento inexplicable;
y son tan sólo segundos toda una vida con Ella;
cuando la ví tan de cerca, se me empañaron los ojos, se me aflojaron las piernas;
y no es para menos, no era un sueño;
era la Esperanza Bella que había bajado desde el cielo sin corona en su cabeza;
y tan mujer, tan bonita, tan morena...
que va conquistando almas por donde quiera que pasa;
con el aura de su palio, atracción a su belleza;
nadie, nadie se explica la causa de que tan sólo con verla hasta el aire se enmudece;
sin corazones nos deja;
se nos lleva paseando sin darnos cuenta siquiera a su Reino de Murallas con sus legendarias Puertas, una convertida en Arco de cal blanca de Pureza, y de albero maestrante;
fraguada con devociones, con martillos de promesas en un yunque de oraciones con martinetes de ofrendas;
y yo la tuve en mis brazos;
fué por pura coincidencia;
yo no sabía del Rosario que sus hermanos le rezan cuando la bajan de los cielos sin corona en su cabeza;
impresionada por verla bajarla desde los cielos sin corona en su cabeza;
y como si fuera un sueño me guiaron junto a Ella;
"cogedla que es vuestra", y que momento inexplicable;
y son tan sólo segundos toda una vida con Ella;
cuando la ví tan de cerca, se me empañaron los ojos, se me aflojaron las piernas;
y no es para menos, no era un sueño;
era la Esperanza Bella que había bajado desde el cielo sin corona en su cabeza;
y tan mujer, tan bonita, tan morena...
Que más Corona Señora que la que te dá tu Tierra, flores de fieles devotos a tu Esperanza Serena;
que más corona Señora que esa Melena Morena que tus monjas sevillanas con Sor Ángela te peinan.
Que poder transmites, Esperanza, con tu mirada;
la que llorando sonríe con sus labios de canela, lágrimas de caramelo sobre su cara morena;
no hay palabras que describan los ojos de su belleza.
que más corona Señora que esa Melena Morena que tus monjas sevillanas con Sor Ángela te peinan.
Que poder transmites, Esperanza, con tu mirada;
la que llorando sonríe con sus labios de canela, lágrimas de caramelo sobre su cara morena;
no hay palabras que describan los ojos de su belleza.
ESPERANZA Y MACARENA.
Escrito de Rocio Fernández Rodríguez el 20 de Oct. de 2009 a su Madre de la Esperanza.
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